Savasana – La calma que desafía
En la práctica de cualquiera de los distintos tipos de yoga, siempre se hace especial hincapié en la relajación y concentración que debe tener la…
En la práctica de cualquiera de los distintos tipos de yoga, siempre se hace especial hincapié en la relajación y concentración que debe tener la persona en el curso de la rutina; físicamente, estas condiciones son alcanzadas a través de las asanas que en combinación con un estado mental equilibrado llevan al individuo al balance perfecto de mente, cuerpo y espíritu.
Si se valora el mayor o menor esfuerzo que se emplea al ejecutar las asanas, siempre se encuentra como factor común, el desafío físico que significa llevarlas a cabo; una vez lograda la postura; el practicante da como cumplido su objetivo beneficiándose de las energías generadas a lo largo de su sesión de yoga.
El Savasana, o postura del cadáver viene a representar entonces, uno de los mayores desafíos para los estudiantes ya que en ella el cuerpo deja su protagonismo; siendo el objetivo del asana en sí, el alcanzar un estado de relajación profunda del cuerpo y una total calma mental, resultando ello en la elevación espiritual del yo.
Proveniente del sánscrito, la palabra savasana, tiene como raíz el vocablo sava, que significa cadáver y asana que significa postura; así como de sencilla es la composición de la palabra, su complejidad radica en llevarse a sí mismo a través de una relajación paulatina a un estado en el que podamos sentir a plenitud cada parte de nuestro cuerpo.
Cómo practicar savasana
La práctica del savasana consiste en dos sencillos pasos:
- En primer lugar, deberá acostarse de espaldas al suelo o boca arriba con los brazos ligeramente separados del cuerpo y las palmas vueltas hacia arriba, las piernas estarán separadas y los tobillos proyectados hacia afuera.
- En segundo lugar, la postura de la cabeza estará al frente al igual que la mirada y a continuación, se inician las respiraciones.
Las mujeres embarazadas o personas de edad avanzada se pueden valer de una almohada en la cabeza que minimice la tensión ocasionada en el cuello al apoyar la cabeza en una superficie plana.
La ropa, como siempre debe ser holgada y cómoda; tomando en cuenta el entorno y clima que nos rodee podrá ser más abrigada o dejar que nuestro cuerpo transpire con mayor libertad.
En la práctica de savasana, el verdadero desafío es mantener la atención en cada parte del cuerpo e ir relajándose de forma consciente y paulatina; los pensamientos van dirigidos de manera selectiva a los distintos grupos musculares, órganos y cualquier parte en la que quien practica savasana, sienta que se acumula la tensión.
La ejecución de esta rutina puede inducir fácilmente al sueño y ello no es el objetivo de la misma; por el contrario, la atención va enfocada siempre en la relajación, así el individuo tiene un verdadero dominio de su cuerpo pudiendo distenderlo a voluntad aún en situaciones de gran tensión.
Beneficios de savasana
Si bien es cierto que cualquier postura del yoga aporta innumerables beneficios, al ejecutar Savasana, recibimos algunas propiedades únicas que ésta asana trae consigo.
Ayuda a relajar la tensión muscular
Todos en alguna etapa de nuestras vidas hemos tenido situaciones que nos imponen una carga de estrés considerable; y una ganancia incalculable de la práctica de savasana, es el tener la capacidad de relajar a voluntad cada parte de nuestro cuerpo; el cuello, espalda y abdomen son zonas en las que sentimos cuando los “nervios” se apoderan de nosotros.
Es en esas ocasiones en las que apreciamos el verdadero valor del savasana.
Aquieta nuestra mente
La mente consciente es, a veces nuestro mayor obstáculo para entrar en un estado de paz y tranquilidad; paradójicamente mientras más buscamos la calma; los pensamientos e inquietudes del día a día llegan cuando intentamos relajarnos; con la práctica constante del savasana, nos entrenamos para fijar nuestra atención en los puntos en los que se acumula la tensión y así ir liberándonos poco a poco de todo el estrés.
Precauciones al ejecutar savasana
Al ser una postura de descanso universal; no existen grandes contraindicaciones para evitar el practicar el savasana con la regularidad que estimemos; sin embargo siempre debemos estar atentos a los cambios de nuestro organismo y ante cualquier duda o señal de alarma es mejor consultar con nuestro médico de cabecera.
En conclusión, la sencillez y simpleza del savasana nos enseña que el verdadero desafío se encuentra en la quietud.